Artefactos

Los cuentos de Luis Felipe Rojas funcionan como artefactos autónomos que dieron inicio en algún momento anterior a su escritura y que se ubican en un punto que está siempre fuera de la página. Son historias que se trasladan, que se autoimaginan y que vemos como figuras de barro en una pantalla de opacidades. No siendo esto suficiente, el autor explora otros modos de contar que no son sino territorios, islas de ficción, que no saben ocultar su querencia por los clásicos. Historias donde los sentidos recobran voz, pero que a su vez, como un lector de Handke no dado a hacer concesiones -y eso es leer-, cada página suya viene a decirnos: Estar en la imagen me basta ya como sentimiento. (Michael H. Miranda)