Esta Vez No Estábamos Cenando Ni Sonó Un Ruido En El Tejado Estábamos Comiendo Y Llamaron Al Timbre Pero La Sorpresa Fue Igual De Emocionante Porque Cuando Abrimos La Puerta Allí Estaba Clarisse Y No Venía Sola Venía Con Un Regalo Para Mí Un Regalo Que Se Movía Y Que Podía Ser Cualquier Cosa Lo Que Estaba Claro Es Que A Partir De Entonces Sería Mi Mascota Y Que Mi Madre No Podía Enterarse De Nada Andrés Guerrero Nos Presenta A Unos Monstruos Atroces Que En Lugar De Asustar Hacen Cosquillas En La Imaginación